Olivar Cortijo de Gorbea

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Nuestro olivar se encuentra en un punto privilegiado de la geografía extremeña.

El otoño es la época más bonita para visitar nuestra zona. Es entonces cuando miles de grullas vienen a pasar el invierno, alejándose de las frías temperaturas del norte de Europa, en un viaje anual de más de 4.000 kilómetros. Es un espectáculo escuchar el gruir de las grullas sobrevolando el cielo extremeño. Cientos de bandadas recortan el cielo, en su característica formación en V, sobre el fondo de los atardeceres rojizos, ocres y anaranjados tan espectaculares en esta zona. Ya en tierra, es posible observarlas a poca distancia, mientras hacen uso de su largo pico, buscando entre las encinas pequeños insectos y las bellotas dulces, uno de sus “manjares” favoritos.

Desde lo alto de la colina, donde se encuentran nuestros olivos, podrás verlas pasar,  dibujando su silueta entre el cielo y la Sierra de Navalvillar de Pela. Muchos viajeros dicen que este lugar les recuerda a la sabana africana. Sólo faltan los leones.